sábado, 8 de febrero de 2014

Sobre el amor (Fernández)

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
¿Cuál es la definición del amor?...
Iba una persona así dialogando
con los tímidos pétalos de una flor.
¡Contéstame! ¿Qué es el amor, amada?
¿Qué es? ¿Una extraña magia?
¿Un poderoso imán de miradas?
¿Qué es eso que siempre fascina y contagia?

Mira, amado, ¡que yo soy flor!
Para mí el amor es una abeja:
yo generosa le doy el amarillo color,
ella generosa con muchos hijos me deja.
Mira, amado, que cotidiana y sencilla
idea del amor que tengo:
es familia, es maravilla, es llovizna,
un rocío de esperanza que viene del cielo.

Mira, amada, ¡que soy estrella!
estática y helada lo observo sin sentirlo:
El amor es un ingrediente que da el toque
para que el mundo tenga un por qué vivirlo.
La maldita altura de donde miro,
me permite, al menos, ver más rastros:
El amor es el abrazo abrasante del amigo
que te sonríe aunque dentro va llorando.
El amor es el respiro vital del ideal,
es el ánfora de la sangre derramada
del que por unos ojos se puso a luchar
dejando por ellos la vida en cuerpo y alma.
El amor es lo más grande y asombroso,
y es detallista, es lo más pequeño, es lo diario,
es el discurso encendedor del filósofo
y es la pulsera hecha por las manos del artesano.

Mira, amado, ¡que soy hogar!
Contengo y me contiene el amor,
es el himno matutino del desayuno al despertar
y es el último beso cuando de noche es el color.
El amor es una chimenea encendida
con aroma a café, dos sillas y cigarros,
y en la pared un antiguo reloj de horas perdidas
y en los cuerpos, un corazón de dos lados.
El amor es la espalda de la otra mejilla,
es el abrazo y el grito cuando llegas a parar;
es destapar las ollas de la cocina
y descubrir la magia de la mamá.


Mira, amada, ¡que soy amigo!
cuando vivo y respiro, veo al amor…
y solo cuando veo al amor, existo:
el amor es mi frescor, mi lecho y mi abrigo.
El amor es una fuerte cadena, sin candado,
es un nudo que nunca es invidente,
son dos cordeles voluntariamente entrelazados,
cuyo vínculo necesita cariño permanente.
El amor, amada, es un flechazo contra el destino,
es la oveja negra, el jaque mate, de tantos pesimistas
que apuestas solo por el individualismo,
que no ven más que un mundo sin pies ni cabeza.
El amor es la huella de tu madre,
el amor es una cicatriz de lo Divino,
el amor es la herencia de tu padre:
y es cama y es mesa, y es Pan y es Vino.

Mira, amado, que soy la ausencia,
soy la testigo del amor con lágrimas…
de ése que se fue y lo recuerda la conciencia,
de ése que tiene es su bolsillo un trozo de tu alma.
Amor es mirar alguien solo por su voz,
amor es escuchar algo con mirarles los ojos,
amor es un poema, un himno, un salmo, una canción,
son los días que uno a uno deshojo.

Mira, amada, que soy la Historia,
conozco al amor desde hace mucho tiempo,
si no fuera por su acción, yo sería escoria,
él me hace reír o llorar porque le siento.
El amor es un inconformista inquieto,
es el sentido del parto histórico.
El amor es tan rápido como es de lento,
es tan eufórico, como es tan melancólico.
El amor es el único que me transforma,
el amor me parte en dos, con el Crucificado,
que desde su frente goteaba el amor sin forma
para que todo el mundo recibiera de ese baño.
Que por ese mismo amor, Él fue Resucitado.

Mira, amado, que soy el Amor,
por muchos escrito, por muchos cantado,
soy aquel que no tiene definición
porque solo existo en vida, nunca pensando.
Soy el eterno incompleto,
el sediento implacable,
soy porque eres tú,  y te quiero;
soy por que Tú eres el y la más amable.

Mientras lees, me estas viendo. SOY EL AMOR.
Soy la conquista de Dios, ¡y me miraste!
Soy parte de tu esencia, y estoy presente

en todos esos en que ahora pensaste.

Joaquín Fernández

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