En
la parábola de los trabajadores de la viña, Jesús vuelve del revés la
comprensión aceptada de justicia. Cuando el amo paga a los que trabajaron en la
viña durante una hora tanto como a los que trabajaron todo el día, ¿no está
cometiendo una injusticia? Jesús dice que no. El amo paga a los que trabajaron
soportando el calor del día el salario que habían acordado. De hecho, un
denario era un salario muy generoso para un día de trabajo. Cuando estos
trabajadores se quejan, no es porque se haya cometido una injusticia con ellos,
sino porque el amo ha sido generoso con los otros. En otras palabras, no es una
cuestión de justicia, sino de envidia. El amo decidió pagar a quienes habían
trabajado poco tiempo el mismo salario, porque las necesidades y las
necesidades de su familas serían las mismas.
Albert Nolan en Jesús hoy. Una espiritualidad de libertad
radical.
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