domingo, 16 de febrero de 2014

La libertad humana (Eclo 15,11-20)


No digas: "por el Señor me he apartado", lo que Él detesta no lo hace.
No digas: "Él me ha extraviado", pues Él no ha menester del pecador.
Toda abominación odia al Señor, tampoco la aman los que le temen a Él.
Él fue quien al principio hizo al hombre y le dejó en sus manos su propio albedrío.

Si tú quieres, guardarás los mandamientos para permanecer fiel a su beneplácito. Él te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano.

Ante los hombres la vida está y la muerte, lo que prefiera cada cual, se le dará.

Que grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder, todo lo ve. Sus ojos están sobre los que le temen, Él conoce todas las obras del hombre. A nadie ha mandado ser impío, a nadie ha dado licencia para pecar. 

Eclo 15, 11-20  
desde la Biblia de Jerusalén.

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