martes, 11 de febrero de 2014

Aprender la disciplina de los sentidos (Libanio)


Aprender hoy a ser implica una disciplina de los sentidos. Oscila entre el extremo de su renuncia total y el de la exacerbación sensorial. Es esta una educación a la que no se le ha prestado atención. De ahí que haya tanta gente cansada por el exceso o por la falta del uso adecuado de los sentidos. Por exceso, al entregarse al desgobierno de algún sentido. Por defecto, al no saber usarlo, sobre todo en relación con la naturaleza. Cuántas veces alguien atraviesa un parque y no se da cuenta de la belleza de los árboles, del perfume de las plantas, del frescor del aire. Se halla sumido en la barahúnda de su película interior. Dios quiso que sintiésemos el placer de las cosas sensibles. Él nos creó con esas cinco ventas de los sentidos y dispuso que hubiese una gama maravillosa y abundantísima de sonidos, colores, gustos, caricias, perfumes, para satisfacerlos.
La disciplina de los sentidos se ve hoy amenazada por una cultura que nos somete a la corvea del placer. Verdadera paradoja. La corvea era el trabajo no remunerado que, en el feudalismo, el campesino prestaba a su señor o al Estado. Trabajo impuesto y pesado. El hombre moderno se considera liberado de esa corvea para entregarse al placer sin ningún impedimento. Sin embargo, cuanto más autónomo, libre y soberano se considera, más atado se encuentra al tropismo de la imitación de lo que lee y ve en las revistas pornográficas, a los rituales del sexo y el placer, a los sondeos de opinión, a los ejemplos de personas exhibicionistas. Y como no se da cuenta de ese proceder, se siente esclavo, sometido a una "nueva corvea", no ya de los señores feudales, sino de la obligación introyectada de ser como los modelos sexuales que se le presentan.
(...)
La ventanas superiores de la belleza, de la verdad, del bien y de la trascendencia educan a las ventanas del sentido. A medida que abramos esas ventanas a espacios cada vez más amplios, conseguiremos sublimar los éxtasis desequilibrados del abrir de par en par las ventas inferiores del sentido. Y hoy en día los sentidos son potenciados unilateralmente por dos factores poderosos: la imagen electrónica y la droga. Combatirlos directamente parece una batalla perdida. (...). El camino indirecto, pero maravilloso y capaz de atraer a los jóvenes, es precisamente el de la estética, la religión, la ética, el pensar.


Joao Baptista Libanio. El Arte de Formarse.

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