El fundamentalismo es un
intento particularmente vigoroso, atractivo y peligroso de retornar a las
realidades fundamentales del pasado o a lo que había certeza, autoridad y
verdad absoluta. Esto se manifiesta sobre todo en los dogmas religiosos. Por
eso no resulta sorprendente, en nuestro estado actual de incertidumbre e
inseguridad, encontrar personas que recurren al fundamentalismo religioso:
fundamentalismo cristiano, fundamentalismo islámico, fundamentalismo hindú,
fundamentalismo judío. Cada uno de ellos es diferente y muchas veces está en
abierto conflicto al menos con alguno de los otros. Lo que todos ellos tienen
en común es la confianza en una autoridad que proporciona verdades absolutas,
verdades que no pueden ser puesta en tela de juicio o cuestionadas. Ésta es la
clase de seguridad que ofrecen a un mundo enormente inseguro.
(…)
El neoconservadurismo es
otra respuesta a las aterradoras inseguridades de nuestro tiempo. Es tambien un
retorno al pasado, un retorno a los principios, prácticas, costumbres,
creencias y sentidos de identidad que a algunos de nosotros nos hicieron
sentirnos tan seguros en el pasado. Un buen ejemplo de esto es la reacción
neoconservadora en la Iglesia católica tras las reformas liberadoras del
concilio Vaticano II después de 1965.
Albert Nolan. Jesús hoy. Una espiritualidad de libertad
radical.
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