viernes, 19 de febrero de 2016

Muerte sumeria


La forma de "sobrevivencia" en el país de los muertos, denominado la tierra sin retorno, tiene características similares a las de ciertas culturas primitivas. Los espíritus de los difuntos permanecen un tiempo "vagando" cerca de sus tumbas y necesitan de la atención de los vivos, que deben aportarles alimentos y, sobre todo, agua. El descenso a la tierra sin retorno tiene siete puertas sucesivas que se cierran, una vez que se han traspasado y, cruzado su dintel, el difunto es despojado de todas sus vestiduras. Se visualiza como un lugar de polvo y agua salobre. Los muertos permanecen para siempre ahí, todos por igual; sin embargo, había la creencia de que los vivos, por medio de ofrendas mortuorias, podían influir para que sus deudos tuvieran un mejor trato.

No parece, en cambio, que los mesopotámicos concibieran relación alguna entre la forma de vida, buena o mala, que el difunto hubiese llevado en la tierra y su permanencia sombría en la tierra sin retorno, donde todos recibían la misma sentencia de encierro eterno, de parte de los dioses de los muertos, que ahí regían, Nergal y Ereshkigal".

Antonio Bentué (2002) en Muerte y búsquedas de inmortalidad. 

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