jueves, 18 de febrero de 2016

Los que han muerto, nunca están ausentes

Los que han muerto no están nunca ausentes,
están en la sombra que se aclara
y en la sombra que se hunde en la oscuridad.
Están en el árbol que resuena,
están en el árbol que se queja,
están en el agua que rebosa.
así como el agua que, dormida, cierra sus ojos;
están en la choza y en la barca.
Los muertos no están muertos.
Los que han muerto nunca están ausentes.
Están en los pechos de la mujer,
están en el niño de su vientre,
están en la aventura que nace.

Jahn Mutu (1970) en las culturas de la negritud.

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