sábado, 19 de julio de 2014

La vida como regalo y tarea

Para el creyente, la vida es ante todo regalo y gracia. El gran don recibido gratuitamente del creador. No la hemos decidido nosotros. No es algo que se debe a nuestro esfuerzo o mérito. Aunque nos parece muy normal existir, nuestra vida es un acontecimiento que podía no haber sucedido. Es Dios mismo el que nos ha llamado a vivir y ha hecho que se produzca es hecho único, original e irrepetible.

(...)

Nadie, antes de mí, ha sido igual que yo ni lo será nunca. Nadie verá jamás el mundo con mis ojos. Nadie acariciará con mis manos. Nadie rezará a Dios con mis labios. Nadie amará nunca con mi corazón. Por eso, mi primera vocación es ser yo mismo. Desarrollar las virtualidad que hay en mí. Ser fiel a Dios en mí mismo. Responder al creador desplegando la vida que ha sembrado en mí.

Esto significa que yo soy el primer responsable. Mi vida es solo mía y nadie me puede sustituir. Si yo no la vivo, habrá en el mundo un vacío que nadie podrá llenar. Si yo no amo, siempre faltará ese amor. Si yo no gozo, no crezco, no creo, faltarán para siempre ese gozo, ese crecimiento y esa creatividad.

J. A. Pagola (1996) en Es Bueno Creer.

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