viernes, 18 de julio de 2014

Critica a la absolutización del presente

Quien ama y espera el futuro de Cristo no puede "conformarse" con la realidad tal como es hoy. El mundo se le hace inaguantable a quien espera "los nuevos cielos y la nueva tierra en lo que habitará la justicia" (2Pe 3,13). La esperanza introduce contradicción con la realidad presente; genera protesta; nos despierta de la apatía y de la indiferencia propias del hombre contemporáneo; nos desinstala. Cuando se espera y se ama la liberación "empiezan a doler las cadenas" (J. Moltmann). No estamos en el mejor de los mundos. La esperanza cristiana destruye "los gérmenes de resignación" de los satisfechos. "Esta esperanza transforma a la comunidad cristiana en una constante inquietud dentro de aquellas sociedades humanas que quisieran estabilizarse, convirtiéndose en la "ciudad permanente". Transforma a la comunidad cristiana en fuente de impulsos nuevos que incitan a realizar aquí el derecho, la libertad y la humanidad, a la luz del futuro anunciado que debe venir.

J.A. Pagola (1996) en Es Bueno Creer.

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