viernes, 18 de julio de 2014

Esperanza inconformista

El que espera "la nueva creación" no puede conformarse jamás con el mundo tal como está. Precisamente porque cree y espera en un mundo mejor, al cristiano se le hace intolerable este mundo configurado por el egoísmo, los abusos, la corrupción, la injusticia y la mentira. Nunca se podrá habituara a la injusticias, a la fatalidad de la muerte, a la mediocridad inevitable del ser humano. Estar en paz con el Dios de la esperanza es estar en discordia con este mundo. Por eso, como dice J. Moltmann, "para la esperanza, Cristo no es solo consuelo en el sufrimiento, sino tambien la protesta de la promesa de Dios contra el sufrimiento". La esperanza, cuando es verdadera, no aquieta, sino que inquieta; no deja descansar. No aplaca el "corazón inquieto" del hombre, sino que ella misma es el "corazón inquieto" dentro del ser humano. Mantiene el hombre disconforme mientras no se cumulan totalmente las promesas de Dios.

Jose Antonio Pagola (1996) en Es Bueno Creer.

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