martes, 9 de diciembre de 2014

Gravedad de los pecados espirituales

Si alguien piensa que los cristianos consideran la falta de castidad como el vicio supremo, está del todo equivocado. Los pecados de la carne son malos, pero son los menos malos de todos los pecados. Los perores placeres son puramente espirituales: el placer de dejar a alguien en ridículo, el placer de dominar, de tratar con desprecio, de denigrar; el placer del poder o del odio. Puesto que hay dos elementos en mí, compitiendo con el ser humano en que debo intentar convertirme.

C.S. Lewis en Mero Cristianismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario