Grandes científicos se extasían ante la complejidad de lo real, ante esta Fuerza que está detrás de la energía cósmica. Hay un principio unificador de todo este inmenso organismo total. Y desarrollan una profunda religiosidad sin ligarse necesariamente a ninguna confesión definida. Más que religión profesan una espiritualidad cósmica, como lo vivió ejemplarmente Albert Einstein.
Boff, Leonardo (2005) "La voz del arcoiris"
Editorial Trotta: Madrid, pp. 59
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