¿Quién me puede revelar el secreto de la vida o la meta que ha de orientar mis pasos?, ¿quién me puede enseñar cómo he de actuar y qué tengo que hacer para vivir con acierto?, ¿quién me dará a conocer dónde puedo yo fundamentar mi existencia?, ¿qué puedo, en definitiva, esperar de la vida?, ¿en qué me puedo apoyar ante el mal, la vejez, o la muerte?
La experiencia del cristiano consiste en ir descubriendo la verdad que encierran las palabras de Cristo "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14,6). Sin Cristo, la vida se me haría oscura y enigmática, más difícil y dura, más cerrada e impenetrable, más vacía de esperanza. En el fondo, la vida se me volvería más desdichada.
Estoy convencido de que una persona está a punto de tomar en serio a Jesucristo cuidando intuye que en Él puede encontrar precisamente "lo que más falta le hace" para ser feliz con una felicidad más real y verdadera.
José Antonio Pagola en La fe, ¿obstáculo o fuente de felicidad?.
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